
Todavía recuerdo cuando hace años el amigo Rick me dijo que en mi blog estaría bien un trabajo sobre este señor, y mi respuesta fue de que había infinidad de trabajos sobre el, y algunos realmente brillantes. Pero con el paso del tiempo pensé que igual era buena idea hacer un trabajo exaustivo, que recogiese todas sus facetas, y así me lie la manta a la cabeza y ha salido una extensa colección, de tropecientos volúmenes, del que hoy os presento este adelanto, donde están muchos de sus grandes éxitos y algún tema de esos que me gustan especialmente.
Le dije a Rick que me escribiera la presentación, contando la vida y milagros de este seños, a lo cual, y como ya es habitual, respondió raudamente con una magnífica historia de su vida y que os transcribo a continuación:
Para una gran parte de los aficionados, el productor es un personaje cuya presencia en el proceso de grabación no está muy clara. Como mucho, se supone que anda trasteando con los botones infinitos de la mesa de mezclas, controla los volúmenes, seguramente vigila para que "todo funcione bien", y listo. Pero se equivocan: para eso están los ingenieros de sonido. Que trabajan a las órdenes del productor, por cierto. Así que su labor debe de tener más importancia de la que pensábamos. Y esa importancia quedó muy clara cuando llegaron los Beatles: ¿alguien cree que su carrera hubiera sido la misma de no caer en manos de Sir George Martin? ¿Por qué ese señor sigue encabezando la lista de aspirantes a "quinto Beatle" que se reescriben de vez en cuando? Pues porque fue fundamental en el progreso musical y técnico, el refinamiento de las canciones y la evolución de los otros cuatro. Un productor puede elevar o hundir a un grupo, así de simple.
Meek, tanto en la IRS como luego en Landsowne, solía utilizar sus trucos de sonido sin consultar con nadie; de hecho, incluso llegó a tener problemas con algunos artistas por ello. Unas veces le salía bien y otras no tanto, pero lo que está claro es que sus producciones eran una novedad: él fue el primero que comenzó a usar la compresión de sonido, crear ecos, alterar los magnetófonos para crear sonidos inesperados, y tantas revoluciones técnicas no solían ser aceptadas por sus jefes. Así que en 1960 decidió independizarse, creó la productora RGM (o sea, Robert George Meek) y alquiló una casa de tres pisos que sería su domicilio y su estudio al mismo tiempo. La RGM produjo un buen puñado de canciones para la mayor parte de los grandes sellos de la época, y el espíritu de la nueva década parecía ideal para una mentalidad como la suya: Meek era esencialmente una figura pop en el país ideal para ese estilo.
Por esa época la música instrumental estaba muy de moda, y su obsesión por los "sonidos del espacio" le llevaron a grabar, poco después de estrenar su estudio, material suficiente para una obra que se habría convertido en el primer disco conceptual electrónico de la historia, aunque finalmente solo se publicó un Ep bajo el nombre de Joe Meek & The Blue Men -un grupo de músicos londinenses- y en una tirada muy reducida (por supuesto, el material completo se reeditó hace ya algunos años en CD). Pero su triunfo vino luego: los Shadows se habían convertido en la sensación de la Isla con "Apache", y Meek decidió crear un grupo que pudiese competir con ellos además de servirle como banda de estudio para sus otras grabaciones. Así nacieron los Tornados, el nombre que más se suele asociar con este productor y que arrasaron en medio mundo con "Telstar", en 1962. Esa pieza es el resumen perfecto del espíritu de Meek: una melodía que recuerda a las bandas sonoras del cine del Oeste heroico revestida por un buen puñado de truquitos electrónicos, realzando además la presencia de ese teclado que es el mayor signo distintivo frente a la escuela de guitarras que representaban los Shadows.
Sin embargo a mediados de los 60 las cosas comenzaron a torcerse: el beat estaba acabando con los estilos instrumentales, y Meek no entendía bien esa nueva moda (de hecho, no creyó que los Beatles pudiesen llegar a algo). Su último gran éxito fue en 1964 con los Honeycombs, que fue también el último gran grupo pop de la vieja escuela. A partir de ahí comenzó una cuesta abajo que lo fue destrozando: una excesiva dependencia de fármacos lo mantenía en pie mientras trabajaba febrilmente en su estudio, al que no dejaba entrar a nadie, y su situación económica llegó a hacerse desesperada. La raíz del problema estaba en los derechos de "Telstar": Meek contaba con una buena cantidad de dinero por ello, pero de pronto una demanda por plagio paralizó el cobro mientras no se resolviese el juicio; él, contando con ese dinero, había gastado mucho en nuevos aparatos, y las deudas se le echaban encima. Meek, literalmente, se estaba volviendo loco: según él, Buddy Holly le visitaba con frecuencia para orientarle; pero también una brigada de espíritus del Más Allá estaba dispuesta a hacerle la vida imposible, y se presentaban en el cuerpo de un gato, o por medio de ruidos extraños en la casa. Por otra parte llegó a esconder material de grabación y cintas en los lugares más extraños, convencido de que alguien entraba a robarle las ideas.
Esta situación llegó a su final el 3 de Febrero del 67 (octavo aniversario de la muerte de Buddy Holly). Para entonces Meek solía estar fuera de sí; un amigo que había subido a verlo tuvo que irse porque lo echó a gritos, desquiciado; al bajar comentó la situación con su casera, y esta subió a interesarse por su estado. Meek la mató de dos disparos y luego se mató él. Tres semanas después, se resolvió el caso de "Telstar" a su favor. Y antes de que terminase el año, se retiró la ley que prohibía la homosexualidad en el Reino Unido. Para él ya era tarde. Pero queda su obra, y esa no muere. Es verdad que parte de ella está desfasada, y que muchas piezas eran simplemente encargos que tuvo que cumplir porque el dinero es necesario, pero eso ha pasado siempre: cada profesional llega hasta donde puede. Sin embargo, aún hoy en día sorprende la cantidad de recursos que inventó y utilizó Joe Meek en su trabajo. Volvemos al principio: sin él, la historia de la música británica en los años 50/60 habría sido mucho más aburrida.
Rick.
Magnífica presentación de Rick, en su linea que supone el pistoletazo de salida de esta serie.
Os pongo el track list de este "sampler", la mayoría bien conocidas por todos vosotros:
1 EMILE FORD & THE CHECKMATES What Do You Want To Make Those Eyes At Me For (1959)
2 THE FABULOUS FLEE-RAKKERS Green Jeans (1960)
3 DANNY RIVERS Can't You Hear My Heart (1960)
4 THE BLUE MEN Orbit Around The Moon (1960)
5 LANCE FORTUNE Be Mine (1960)
6 MICHAEL COX Angela Jones (1960)
7 MIKE BERRY & THE OUTLAWS Tribute To Buddy Holly (1961)
8 IAIN GREGORY Because (1961)
9 JOHN LEYTON Johnny Remember Me (1961)
10 THE OUTLAWS Valley Of The Sioux (1961)
11 GEOFF GODDARD Girl Bride (1961)
12 THE MOONTREKKERS Night Of The Vampire (1961)
13 THE TORNADOS Telstar (1962)
14 SCREAMING LORD SUTCH Jack The Ripper (1963) 15 HEINZ Just Like Eddie (1963)
16 THE HONEYCOMBS That's The Way (1964)
17 THE SYNDICATS Maybelline (1964)
18 THE CRYIN' SHAMES Please Stay (1966)
Las tres canciones, que difícil, ante tanta obra maestra, pero en fin, aquí están:
THE TORNADOS Telstar (1962)
HEINZ Just Like Eddie (1963)
Pues esto ha sido el "preludio de un gran viaje", que haremos por orden cronológico y unos cuantos volúmenes una vez al mes para no empachar, creo un apasionante viaje por músicas a veces muy desconocidas, sobre todo por su lejanía en el tiempo, que a algunos les apasionarán, pero que para otros serán insoportables, pero creo que es una buena ocasión para ver lo que se cocía en el Reino Unido entre 1955 y y 1967.
Nada mas, hasta la semana próxima.
Se agradecen los comentarios
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